El cáncer de mamá es el más frecuente en la mujer, generalmente inicia con un tumor en la glándula mamaria (bolita) que puede crecer y enviar células malignas (metástasis) a órganos distantes cuando la enfermedad avanza. Los tumores mamarios más frecuentes son benignos, sin embargo, es necesario descartar el cáncer por la alta frecuencia de presentación.

 La mejor forma de detectar un cáncer de mama es la autoexploración mamaria que debe realizarse mensualmente en todas las mujeres a partir de los 18 años (7 días después de terminada la menstruación). En presencia de un bulto nuevo en la mama o la axila (debajo del brazo), aumento del grosor o hinchazón de una parte de la mama, irritación o hundimientos en la piel de la mama, enrojecimiento o descamación en la zona del pezón o la mama, hundimiento del pezón o dolor en esa zona, debemos sospechar cáncer de mama.

 Además, debe acudir a examen clínico mamario anual a partir de los 25 años. El ultrasonograma mamario es el estudio de elección inicial en mujeres menores de 35 años con alguna alteración mamaria. La mastografía anual de tamizaje en mujer asintomática debe realizarse a partir de los 40 años. Pero las mujeres que tienen antecedentes de familiares directos con cáncer de mama deben realizarse escrutinio de forma individualizada.

La mastografía es un estudio de imagen excelente que ha logrado reducir la mortalidad por cáncer de mama, ya que detecta los tumores en etapas iniciales, esta debe realizarse a partir de los 40 años o antes si tiene factores de riesgo, como madre o hermanas con cáncer de mama, no haber tenido hijos o haber padecido cáncer ginecológico previo.

El ultrasonido mamario es una herramienta diagnostica que cada día tiene mayor uso gracias a que aporta información sobre los tejidos mamarios que en ocasiones la mastografía no logra identificar, así que el ultrasonido es un complemento de la mastografía que nos permite realizar un diagnóstico oportuno. El diagnostico confirmatorio se realiza mediante toma de biopsia del tumor mamario.

El tratamiento del cáncer de mama es quirúrgico en etapas iniciales, generalmente se debe retirar el tumor de mama, con o sin resección de los ganglios linfáticos dependiendo de lo avanzado de la enfermedad. Actualmente existen técnicas que permiten realizar tratamiento con cirugía, pero conservando la glándula mamaria (técnicas de oncoplastia) lo que permite un efecto estético adecuado sin afectar el buen resultado  del tratamiento oncológico.  En casos seleccionados podemos realizar tratamientos quirúrgicos seguidos de cirugía reconstructiva con prótesis mamarias. 

Algunas pacientes necesitaran de quimioterapia y/o radioterapia como complemento del tratamiento quirúrgico dependiendo de varios factores de la enfermedad.

Ante sospecha de tumor mamario se debe acudir a revisión médica Oncológica para determinar sus factores de riesgo y la necesidad de realizar estudios diagnósticos adecuados y oportunos.